sábado, 25 de noviembre de 2006

Calipso, la que oculta

En otro episodio de las aventuras de Ulises, el náufrago llega a una isla. Una mujer preciosa acude a socorrerlo. Es la ninfa Calipso.

El propio nombre de la ninfa explica lo que hace Calipso. Viene del vergo Kalýptein, ocultar. La isal está tan lejos del mundo que parece que está fuera de él. Sus habitantes están ocultos a todos.

Calipso le recoge, le lava y cura sus heridas dulcemente. Ulises se deja hacer. Calpso lo retiene en aquella isla alejada del mundo durante muchos años. Le ama y aspira a conservarles eternamente.

Atenea, la diosa del Olimpo que protege a Ulises, observa a la pareja. Acude a su padre Zeus y le dice que ya es hora de que Zeus regreses a su casa. Zeus observa la situación y decide esperar a que su hermano, el dios de los mares, salga de viaje, y entonces envía a Hermes.

Hermes se entrevista con Calipso y le comunica la decisión de los dioses de que deje marchar a Ulises. Calipso acepta dulcemente.

Ulises, mientras tanto, llora desconsolado pensando en su hogar, en Ítaca. Cuando llega Calipso, Ulises esconde sus lágrimas, pero Calipso se da cuenta de ello. Intenta sobornarlo ofreciéndole la inmortalidad, pero Ulises le dice que quiere volver junto a Penélope que, aunque no es una diosa, es su hogar y su vida. Calipso se rinde y entre los dos construyen una barca para que Ulises pueda volver.